AIRE DE JULIO.

"Dale alas a tus deseos pero no permitas que el viento cambie tu destino."

JP Sergent

Este fin de semana tocó playa, y con el transporte de enseres y equipajes para el verano no había disponibilidad para bici.

Esta tarde, ya de regreso,  tras salir de la oficina me he puesto sobre las 19,15h en dirección, como no, hacia Chinchilla.

Se nota que llegó julio, las temperaturas empiezan a subir aunque ciertamente no está haciendo el calor que otros años castiga ya en éstas fechas, pero sí hace el suficiente para calentar con ganas los campos de cereal a lo largo del llano, lo que provoca térmicas que al entrar en contacto con otras a distinta temperatura generan los típicos vendavales de aire caliente de tarde.

Así, durante toda la ida me tocó empujar contra el viento que soplaba realmente con ganas, como si estuviera enfurecido por no haber podido dormir la "siesta". El consuelo consistía en que de seguir así la vuelta sería a la velocidad del relámpago.

A ritmo constante y sumergido en la música a volumen suficiente para mitigar el molesto ruido del aire, salí por detrás de Camporroso, para tras pasar por el tubo, hacer el senderillo de la cantera, pasar por la Casa de las Cebollas, subir la rambla y después la Senda del Agua. Llegados al camino a su término tomé a la izquierda para tras descender nuevamente a la rambla subir después por el montecillo de pinos, a la derecha después hasta el área recreativa.

Decidí luego subir para hacer el sendero de la Valla que desemboca en la bajada de la Cuesta de las Perdices. Finalmente y ya en el pueblo giré a la izquierda para tras cruzar la autovía por el tubo bajar hasta el Pozo de la Peña por un camino arreglado hace pocas semanas, desde allí al Parque Eólico tras cruzar la vía también por el tubo,  bajada rápida hacia La Cabrera y como un rayo hasta casa con el sol a la altura de los ojos.

Magnífica forma de terminar el día, habrá que repetirlo con frecuencia ahora que hay más disponibilidad de tiempo y las tardes son infinitamente largas.