El pasado domingo tocaba la ruta con la cota más alta de las dos que iba a compartir en la sierra madrileña; para ello el sábado en la tarde llegaron Roque y Pedro Lara, que nos acompañarían a Andrés y a mí en el ascenso a La Bola del Mundo.
Durante la tarde del sábado paseamos un rato por Cercedilla, tomamos alguna cerveza y cenamos en Peña Pintada, donde estábamos todos hospedados.
A la mañana del domingo y tras tomar el desayuno nos ponemos en marcha, esta vez sin precisar de desplazamiento en coche.
En primer lugar quiero agradecer a "Comando Centro Nevasport"
http://comandocentronevasport.blogspot.com.es/ y en especial a Josechu, ya que gracias a los Ginetas Bikers que nos pusieron en contacto, nos ofreció el track que realizaron ellos el domingo anterior, así que teníamos un track solvente para la realización de la ruta; Gracias Josechu por tu amabilidad y presteza en compartirlo.
Así, tras cruzar Cercedilla e ir calentando las piernas, iniciamos el ascenso por el Camino del Calvario, nos internamos en el bosque que nos envuelve por completo, inicio por pista de fácil rodaje, un tramo de cemento (que no sé qué pintaba allí) y por último un camino roto, pedregoso y con raíces, con la suficiente pendiente como para desequilibrarte y hacerte poner pié a tierra si te equivocas de trazada; como es de esperar picando continuamente hacia arriba.
Cubierto El Calvario llegamos a la parte baja de Navacerrada, donde coincidimos con un grupo de 4 ciclistas que al saber de nuestra intención de Subir a La Bola nos indican que no era el día, que si hace demasiado calor, que si la pendiente te tira hacia atrás, ....que si llegamos a la mitad ya nos podemos poner la medalla y a todo ésto mirábamos hacia arriba y comenzaba a dar miedo; miro la placa con el nombre de la calle y veo que estamos en la Calle Bola del Mundo, ...en fin a ésto hemos venido así que hastiado del cariz que estaba tomando la conversación, y con la certeza de que de seguir ésta charla tan sólo un rato más al final nos bajaríamos todos al hotel a llorar (y no soy hombre de llantos, ya está bien el bacile), me despido cortésmente e inicio el primer ascenso que nos sacará un poco más allá a la carretera que sube a Navacerrada y por la cual haríamos unos kilómetros, paramos un momento para hidratarnos y comer algo junto al parkíng al pie del camino de cemento que tras algo más de 3 kms duros en pendiente nos dejarían en La Bola; haciéndonos pasar de 1.860 m a 2.267 a cota de cima (ésta es la cifra que indicaba el altímetro barométrico a pié de la barrera de acceso a las antenas, e iniciamos la subida a La Bola.
Pues la verdad, disfruté muchísimo la subida, inicié con todas las ganas contenidas pensando en que no había excusa ninguna para no subirla del tirón, rampas duras pero con muy buen firme, temperatura agradable y un viento que transmitió una cierta sensación de frescor y mucha gente ascendiendo y descendiendo a pié, también algún ciclista en regreso, que transmitían ánimos junto al saludo que nos íbamos cruzando.
Más que el esfuerzo requerido se han de resaltar las increíbles vistas que acompañan cada metro, es difícil de transmitir; así de éste modo y entretenido además con la grabación de fragmentos de subida se van cubriendo tramos y zetas y llegamos a la parte media, que tras un giro nos aporta la máxima pendiente; un poco más y llegamos a la explanada del bar, pero no se puede parar, hemos de llegar arriba del tírón así que vamos. Las últimas rampas suavizan un poco pero a cambio las piernas ya vienen calientes tras toda la subida.
Así, a buen ritmo y con solvencia llegamos a la cota máxima a pié de antenas, quedo muy contento de la subida que he disfrutado mucho. Una vez arríba vamos esperando el reagrupamiento y a Roque, que se portó como un campeón, ya que no monta con tanta habitualidad en bici (aunque sí hace atletismo popular) y a su ritmo llegó sin paradas a cima muy contento.
Para mí, que no soy más que un aficionado que lo pasa muy muy bien montando en bici, y que no pongo los datos de velocidad y acumulados en las rutas que posteo más que por que me los aporta la maquinita y a modo de anécdota, me encantó la subida y la disfruté muchísimo, además en éste momento me encuentro en un punto cómodo de forma y me dejó muy contento el ritmo y tiempo de subida que además no me supuso un sufrimiento importante; así que no podría haber salido mejor.
Perfíl del ascenso a La Bola desde Navacerrada.
Una vez allí nos deleitamos con las vistas, unas cuantas fotos y tomamos el bocadillo; en éstas iniciamos conversación con Roberto, un ciclista de la zona que nos pregunta por nuestra ruta, al decirle que seguiríamos el track de Josechu descendiendo por La Loma del Noruego, dice que nos acompaña ya que no lo conoce, así que formamos grupo de 5 y continuamos ruta.
El descenso por La Loma del Noruego es lo más parecido a "enduro" que haya podido hacer, descenso por un sendero con muchísima pendiente y plagado de piedras como melones, lo ponen muy muy difícil para descender manteniendo el equilibrio y sin "tocar suelo"; quiero felicitar a los compañeros de "Comando Centro Nevasport", haciendo éstos descensos seguro que sois técnicamente muy solventes. Yo sin embargo que soy pistero y soy felíz cuando ruedo senderos técnicamente razonables, en éste momento me encontraba fuera de juego, así que tras empujar la bici durante algunos tramos (casi costaba andar de la cantidad y tamaño de las piedras que alfombraban el sendero) por fin llegamos a un punto con mejor firme y puedo rodar (sobre la bici y no sobre el lomo), y así bajamos a Cotos donde hicimos una parada para tomar un refresco y comprar agua para rellenar bidones y camelbaks.
Durante la parada, y con la información que nos transmite Roberto, decidimos hacer una modificación sobre la segunda parte de la ruta, así que sacrificamos el Camino del Paular y tras unos 5 kms de carretera regresamos a Navacerrada, para regresar a Cercedilla a través del famoso Camino Smith.
El Camino Smith une Navacerrada con el Valle de la Fuenfría a través de un frondoso bosque de pinar a lo largo de la ladera norte de Siete Picos, qué decir, un delicioso sendero con afloraciones rocosas y sucesivas rampas de ascenso-descenso que nos hicieron disfrutar como no esperábamos, además con el lujo de ir guiados por Roberto, conocedor del camino y que nos ofrecía rueda para la mejor trazada.
Roberto nos indicó que tras su reciente restauración, le habían quitado una buena parte de su encanto original ya que había quedado un tanto artificial, pero a nosotros que no lo conocíamos préviamente nos encantó.
Una vez en Fuenfría iniciamos el descenso por pista cómoda hasta llegar de nuevo a Cercedilla, donde nos despedimos de Roberto (gracias por compartir mañana y explicaciones) y nos disponemos a ir a comer con hambre de leones.
Con ésta ruta dí por finalizada mi primera incursión a la sierra madrileña, a la que me iré asomando de cuando en cuando para ir conociendo de primera mano los lugares y parajes que voy leyendo en algunos de mis blogs favoritos.
En ésta ocasión no me esmeré con las fotos (no como el día anterior en La Pedriza), pero sí grabé fragmentos de vídeo (al igual que el día anterior) que creo que podré montar y editar dentro de unos días.
La ruta finaliza con 46 kms y un acumulado de ascenso de 1.267m y 1.301m de descenso.