El pasado domingo también hicimos ruta, tenía que aprovechar el lujo que suponía amanecer en plena sierra. Así Berme y yo decidimos vernos sobre las 9,00 h para salir un rato al monte y hacer un rato de bici por tan fenomenal enclave; no pretendíamos dedicar toda la mañana sino más bien hacer un par de horas que en éste terreno valen mucho más.
El resto de compañeros descansaron, que sin duda también es necesario, y además se ocuparon de entretener a los peques con algunos juegos y actividades en el camping lo que sin duda agradecimos Berme y yo.
Tras tomar algo de desayuno finalmente salimos algo más tarde y de nuevo con una temperatura magnífica, tenía más o menos claro la zona por la que quería rodar aunque es cierto que salimos sin ruta predeterminada.
Así tras salir en frío por la cuesta que asciende en pocos centenares de metros directamente hasta el pueblo nos dirigimos unos pocos kms. por la carretera que sube a los campamentos para, poco después tomar un camino que sale a la derecha y tras cruzar un pequeño cauce dirigirnos hacia el río Portelano, por el que ya ciclamos este pasado verano con Yellow y Edu.
Una vez abajo fue todo un disfrute discurrir por los caminos húmedos y rotos, a tramos poblados de hierba, otros pedregosos que nos llevaron hasta el campamento de La Fuente de la Peña con la sonrisa puesta.
Desde allí tomamos el camino de La Cañada de Bogarra para comenzar a subir, primero de modo sutil hasta llegar a las rampas finales que se elevan con brío para dejarnos en la Cuerda de La Almenara junto a Los Coronillas, desde allí ya con altura suficiente disfrutamos pedaleando con la mejor línea de horizonte posible en ésta ocasión con día más claro que el anterior.
Discurrimos por la cuerda en sentido opuesto al de la ruta compartida la jornada anterior, fuimos tomando pistas y dejando hacer a las piernas, descendimos de nuevo hasta el valle. Este camino desemboca en el Campamento de Mal Paso, por lo que decidimos tomar la pista de Carboneras que, tras un ligero ascenso inicial, permite rodar muy rápido por su magnífico firme, disfrutando constantemente de la preciosa línea de horizonte teñida con los colores del otoño.
Finalmente, como queríamos regresar pronto tomamos a la izquierda la pista que flanquea el cauce del río Arquillo donde al llegar a la curva que cruza, literalmente el Río Arquillo, descubrimos que venía bien crecido de agua, lo que nos garantizó unas buenas fotos de recuerdo.
Este camino es absolutamente delicioso, y más si cabe en ésta estación. Así llegamos a la curva que hay justo antes del camping y decidimos subir por la senda de hierba y piedra que, si bien había descendido en varias ocasiones, nunca había hecho hacia arriba y desde luego me encantó. Nada más terminarla sale a la derecha la rampa, ahora sí descendente, que daría por finalizada la ruta en bici.
Llegamos justo a tiempo, ya que en ése momento estaba a punto de iniciarse la excursión que (siempre en orden alfabético) Coronado, Edu y Juancar habían organizado junto a los peques y a las chicas, con lo que tras una ducha rápida pudimos compartirla con todos ellos.
Disfruté mucho de la ruta con Berme en ésta ocasión, la verdad es que quedó muy maja y cundió, y mucho más redondeada con la excursión compartida con las familias. La verdad es que ha sido un magnífico fin de semana, no me canso de repetirlo.