CUIDADO, MUCHO CUIDADO...
EXTRAÍDO DE MTB LEGANÉS.
Rescate a vida o muerte en La Pedriza
<object width="480" height="390"><param name="movie" value="http://www.youtube.com/v/kbjkyfU7ves?fs=1&hl=es_ES"></param><param name="allowFullScreen" value="true"></param><param name="allowscriptaccess" value="always"></param><embed src="http://www.youtube.com/v/kbjkyfU7ves?fs=1&hl=es_ES" type="application/x-shockwave-flash" allowscriptaccess="always" allowfullscreen="true" width="480" height="390"></embed></object>Adjunto cronica JC Manzano compañero del club Factorbike sobre recate de un biker en la Pedriza el pasado sábado, el pobre se accidentó el viernes y se lo encontrarón mis compañeros el sábado a primera hora mientras hacian las Z de la Pedriza bajando desde el collado de los Pastores.
""La verdad es que tuvimos mucha suerte; me alegra haber desconfiado de la situación y que nos pareciera raro que la mochila, los guantes y las gafas no estuvieran en la cuneta como el resto del equipamiento. Porque realmente parecía que lo habían dejado allí a propósito para buscar algo en los alrededores.
Al parar a observar comprobamos que los guantes y el casco estaban manchados de sangre, el casco tenía la visera partida y debajo de él había un charco de sangre. Las gafas, retorcidas tenían la pantalla muy arañada.
Pensé en un accidente ya resuelto, y que lo encontrado eran los restos.
Aunque grité para comprobar que no había nadie y no hubo respuesta, me dio por asomarme al borde del barranco y vi los pies del accidentado entre las ramas. De casualidad, casi no se percibía y eso que estaba a 3 metros escasos del borde.
Llamé a Alex a gritos y bajé rápidamente hasta donde se encontraba el herido.
El pobrecillo estaba helado y no podía hablar, le temblaba muchísimo la boca y tenía la cara reventada; intentaba desde su difícil situación taparse las vergüenzas (estaba desnudo de cintura para abajo), lo que hacía pensar que al menos podía pensar.
Después de taparle con todas las chaquetas térmicas y chubasqueros que teníamos a mano intenté hablar con él, pero no mostraba síntomas de entendimiento; sin embargo le tenía todo el tiempo la mano agarrada para tranquilizarle y le hablaba para que supiera que ya estaba atendido; supongo que en un momento así uno necesita seguridad. Le dije que si podía entenderme, me apretara la mano, y lo hizo, tranquilizándonos mucho.
Mientras yo estaba con Francisco (así se llamaba, Jose se acuerda del nombre completo), Alex intentaba como podía contactar con el 112, pues no había cobertura alguna.
Sonó el móvil de Francisco y Jose contestó; tenía 97 llamadas perdidas, y como bien dijo Alex, este hombre había pasado la noche allí a 6 metros escasos del móvil, sonando sin poder acercarse a pedir ayuda.
A partir de aquí ya todo fue muy rápido, no sé en qué momento Alex dejó de hablar con la línea de urgencias y le remplazó Jose, que me preguntaba por el estado del paciente para contestar las preguntas del médico: que si estaba cianótico, consciente, si respiraba, si sentía dolor (siento haber tenido que retorcerle el brazo); luego volví a escuchar a Alex abroncar a la de urgencias porque no daban la rápida respuesta que necesitábamos.
Me relevó Cesar, que había llegado un poco después, y pude subir a observar la situación; hablamos entre todos, donde cojones va a parar el helicóptero? Si no hay espacio!! Recogimos todas las bicis apartándolas del camino. Alguien dijo que ya llegaba el transporte de camino, se escuchaba el helicóptero, Jose haciéndole señales con las linternas en plan profesional para que nos vieran y yo mismo levantando la bici de Alex con su mega foco de luz.
A partir de aquí alucinamos con la actuación de los bomberos, el acercamiento del helicóptero entre los árboles, al borde del camino, fue de película americana.
Ayudamos en lo que pudimos: Alex ya les tenía casi montada la camilla antes de que dijeran que tenía truco, el bombero flipaba!!
El resto ya lo conocéis del video.
Me quedé sin chaqueta, pero sirvió para otro que la necesitaba más.
Un abrazo chavales......"
Al parar a observar comprobamos que los guantes y el casco estaban manchados de sangre, el casco tenía la visera partida y debajo de él había un charco de sangre. Las gafas, retorcidas tenían la pantalla muy arañada.
Pensé en un accidente ya resuelto, y que lo encontrado eran los restos.
Aunque grité para comprobar que no había nadie y no hubo respuesta, me dio por asomarme al borde del barranco y vi los pies del accidentado entre las ramas. De casualidad, casi no se percibía y eso que estaba a 3 metros escasos del borde.
Llamé a Alex a gritos y bajé rápidamente hasta donde se encontraba el herido.
El pobrecillo estaba helado y no podía hablar, le temblaba muchísimo la boca y tenía la cara reventada; intentaba desde su difícil situación taparse las vergüenzas (estaba desnudo de cintura para abajo), lo que hacía pensar que al menos podía pensar.
Después de taparle con todas las chaquetas térmicas y chubasqueros que teníamos a mano intenté hablar con él, pero no mostraba síntomas de entendimiento; sin embargo le tenía todo el tiempo la mano agarrada para tranquilizarle y le hablaba para que supiera que ya estaba atendido; supongo que en un momento así uno necesita seguridad. Le dije que si podía entenderme, me apretara la mano, y lo hizo, tranquilizándonos mucho.
Mientras yo estaba con Francisco (así se llamaba, Jose se acuerda del nombre completo), Alex intentaba como podía contactar con el 112, pues no había cobertura alguna.
Sonó el móvil de Francisco y Jose contestó; tenía 97 llamadas perdidas, y como bien dijo Alex, este hombre había pasado la noche allí a 6 metros escasos del móvil, sonando sin poder acercarse a pedir ayuda.
A partir de aquí ya todo fue muy rápido, no sé en qué momento Alex dejó de hablar con la línea de urgencias y le remplazó Jose, que me preguntaba por el estado del paciente para contestar las preguntas del médico: que si estaba cianótico, consciente, si respiraba, si sentía dolor (siento haber tenido que retorcerle el brazo); luego volví a escuchar a Alex abroncar a la de urgencias porque no daban la rápida respuesta que necesitábamos.
Me relevó Cesar, que había llegado un poco después, y pude subir a observar la situación; hablamos entre todos, donde cojones va a parar el helicóptero? Si no hay espacio!! Recogimos todas las bicis apartándolas del camino. Alguien dijo que ya llegaba el transporte de camino, se escuchaba el helicóptero, Jose haciéndole señales con las linternas en plan profesional para que nos vieran y yo mismo levantando la bici de Alex con su mega foco de luz.
A partir de aquí alucinamos con la actuación de los bomberos, el acercamiento del helicóptero entre los árboles, al borde del camino, fue de película americana.
Ayudamos en lo que pudimos: Alex ya les tenía casi montada la camilla antes de que dijeran que tenía truco, el bombero flipaba!!
El resto ya lo conocéis del video.
Me quedé sin chaqueta, pero sirvió para otro que la necesitaba más.
Un abrazo chavales......"
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