El sábado repetí lo de la pasada semana, así que comí algo ligero y aproveché la siesta de la peque para soltar un poco las piernas. Volví a realizar la misma ruta Chinchilla y bucles por allí, se pasa bien y supone un buen entrenamiento si se está dispuesto a salir a una hora un tanto incomoda. La pena es que con el calor que comienza a apretar dudo que pueda hacerlo en lo sucesivo hasta que pase el verano.
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